helllloooo!!!!!!

Hola a todos los que me visitan , se los agradesco mucho.

Esta pagina es para todos los que se quedaron con hambre de mas twilight (y me imagino que todos los amantes de twilight se quedaron como io, hambreados y sedientos de maaaaaassssss). Esta no es una pagina para buscar fotos de los protas en cueros, asi que no quiero que despues anden diciendo, "esque ahi no hay nada bueno" jajaja >D ( Aunque de vez en cuando les voy a soltar unas cuantas )
Recuerden:POR CADA VEZ QUE LEAN UN ARTICULO Y NO DEJEN UN COMENTARIO...EMMETT SE COME UN CACHORRO DE LEON :D:D:D JEJEJE

sábado, 31 de julio de 2010

3º Capítulo.....Sorpresa!!!!!

Sorpresa

Ya había pasado una semana desde que llegué a este lugar, me había acostumbrado a los malos tratos y a todas las caras que William hacia en mi presencia. Tenía una regla para cuando comenzaba a sacarme de quicio, voltearme completamente y no pensar en él por ninguna razón, porque si me descuidaba y por algún motivo lo miraba tan hostil y aterrador terminaba enfadada conmigo misma.
La excursión a los jardines botánicos se había adelantado unos días por los arreglos que se le iban a hacer, así que tendría menos tiempo para poder llegar a un acuerdo con mi compañero para repartirnos el trabajo y no tener que vernos durante el fin de semana de investigación que teníamos que hacer acerca de la flora y la fauna de la península Esowista.
La siguiente clase era biología, en esa clase era donde pretendía llegar a un acuerdo con él. Tomé asiento en mi lugar habitual del salón esperando a que llegara, pero pasaron varios minutos después de la hora de entrada sin que él apareciera. Por primera vez sentí más deseo de verlo que de no verlo, estaba ansiosa por que llegara, pero nunca llegó. Busqué a Carol por todo el salón, pero tampoco estaba ahí. Comencé a preocuparme aun más cuando después de haber estado en la clase de Lengua con Ashley ahora no podía encontrarla por ningún lado, tampoco a John ni a Robert. Pregunté, pero nadie los había visto desde la hora del almuerzo.
Al final del día no había llegado a ningún acuerdo con mi compañero sobre el trabajo de biología y me había preocupado mucho por la extraña desaparición de toda la familia. Esa misma tarde en el gimnasio intenté conseguir información, pero nadie los había visto y a la mayoría ni siquiera le importaba.
_ Cassie, ¿suelen desaparecer a menudo? _ pregunté mientras guardaba toda mi ropa en la maleta.
_ ¿Quiénes? _ preguntó.
_ Los Cathwright, es que hoy desaparecieron sin dejar rastro y nadie los ha visto desde el almuerzo. _ comenté.
_ Pues… a veces sí lo hacen. Sus padres los llaman de emergencia y pues… se van. _ dijo sonriendo _ ¿Necesitas hablar con ellos? _
_ No, solo quería ponerme de acuerdo con William para el trabajo de biología. _
_ ¡¿Eres su compañera?! Que mala suerte. _ rió de una forma algo celosa.
_Bien que te gustaría hablar con él._ sonreí.
Dio un empujón en mi hombro a modo de juego después me hizo la seña de que me callara ya que Ben estaba afuera del vestidor muy cerca de nosotras. Salimos riéndonos y jugueteando.
_ Ben, ¿sabías que la compañera de trabajo de William es Rose?_ preguntó Classie.
_ Ten mucho cuidado, puede sacarte el corazón y comérselo. _ dijo sarcásticamente mi amigo.
_ No puede ser tan malo. _ sonrió Cassie.
_ Pues… a veces parece que de verdad quiere hacerlo. _ recordé y solé una sonrisa.
Mi celular comenzó a timbrar en el bolsillo del pantalón. Cuando contesté supe que era papá ya que él era el único que me llamaba últimamente a esa hora. Lo único que quería era que en lugar de ir a la casa me fuera directa al hospital.
Me despedí de los chicos y subí al auto. Mientras esperaba a que mi vecino de estacionamiento saliera y dejaba el espacio libre di un último vistazo al resto del estacionamiento buscando esperanzada el auto gris o el auto rojo de Carol, pero nunca los encontré.
Salí del área y conduje al centro de la ciudad hasta que llegue donde ya me esperaba papá con cara de preocupación. Lo saludé con una sonrisa habitual en el rostro, pero solo me dio un beso en la mejilla. No había comido mucho ese día por la tarde, así que para esas horas me estaba muriendo de hambre, así que inmediatamente comencé a buscar algo que hacer mientras nos íbamos a casa. Comencé con la tarea, los proyectos, los trabajos y todo lo que tenía que entregar antes de los exámenes, pero eso no alcanzó para mantenerme distraída.
_ Papá, no creo aguantar hasta la cena. _ comenté con cara de aflicción.
_ Entonces ve y compra algo en la cafetería y de paso me traes algo a tu madre y a mí. _
_Ok. _
Salí del consultorio y caminé hasta la cafetería del hospital, era pequeña y tenía buena comida, así que no me molestaba comer ahí de vez en cuando. Pedí un sándwich de pavo para papá, un café para mamá y otro café para mí, solo que yo pedí un paquete de galletas de chocolate, mis favoritas. Tenía los brazos llenos cuando me di la vuelta así que no pude evitar chocar con… William. La mitad de mi café se derramo en su camisa color azul cielo y parte de su pantalón. Dejé todo en una mesa.
_ Lo lamento, no fue mi intención, fue un accidente. _ me disculpé realmente apenada, pero con una sonrisa en el rostro.
_ Si, no te preocupes, los accidentes pasan, además, adoro el olor a café. _ sonrió un poco.
Se me escurrió la baba con su sonrisa tan dulce, pero me cayó de raro que me hubiera sonreído de esa forma.
_ ¿Mmmm… te ayudo?_ preguntó viéndome en las nubes.
Asentí con cara de tonta.
Tomó los dos vasos de café y el paquete de galletas en sus brazos y comenzó a caminar rumbo a la oficina de papá. Caminó a mi lado en silencio pero podía sentir que estaba algo nervioso y tenso. Entró sigilosamente al consultorio vacio con la cabeza gacha. Dejó todo sobre el escritorio y salió sin hacer ni un solo ruido. Me le quedé mirando atontada un rato mientras se alejaba, hasta que decidí ir a hablar con él sobre lo de biología.
_ ¡William, espera!_ le grité.
Giró lentamente su cabeza y cuando me vio acercarme comenzó a caminar más rápido, tuve que correr para poder seguirle el paso. Por fin logré alcanzarlo en un pasillo oscuro y solitario.
_ ¿Qué se te ofrece? _ preguntó algo irritado.
_ Sólo quería hablar contigo._ contesté sorprendida ante su cambio de humor tan repentino.
Un rayo de Sol entro por algún lugar y dio directamente en sus ojos dorados- chamuscado haciendo que brillaran con una intensidad nunca antes vista, como un par de diamantes, una chispa dorada bailo por todo su iris. Aparto su mirada del Sol y la escondió bajo unos lentes oscuros, pero el resplandor seguía ahí.
_ ¿Qué quieres?_
_Pues, como no nos llevamos muy bien que digamos y tenemos que hacer el trabajo de biología juntos, estaba pensando en repartirnos el proyecto para no tener que vernos. _
Cruzó los brazos sobre el pecho y me miró de una forma irritante tanto para él como para mí. Eso me hizo enojar.
_ Podrías dejar de hacer eso, por favor. _
Puso los ojos en blanco y comenzó a mover impacientemente el pie derecho, eso me irritó aun más.
_ Mira, sé que no te agrado y la verdad tú a mi tampoco._ su expresión cambió cuando mentí, porque la verdad él si me agradaba aunque me diera un poco de miedo.
Descruzó los brazos y bajó la mirada, me sentí mal por haberle mentido.
_ Pero eso no significa que no podamos intentar llevarnos bien por un día._
Comenzó a reír burlonamente. ¿Se estaba burlando de mí?
Dio un paso adelante y quedamos muy cerca el uno del otro, podía oler su aroma dulce y fresco como el del bosque.
_ Así que. _ continué_ te pido por última vez que…_
Había dejado de hablar ya que él había comenzado a acariciar mi mejilla con su mano, me quedé helada de la impresión, su piel suave recorría delicadamente todo mi rostro con dulzura. Al captar mi impresión dejó de hacerlo y bajó la mirada.
Intenté deshacerme de todos los sentimientos que revoloteaban en mi interior.
_ Te… pido-o que intentemos llevarnos bien. _pude sentir como subía toda la sangre a mis mejillas.
_ La verdad, no creo que sea una buena idea. _ dijo sin subir la mirada.
_ ¿Por qué?, hay que intentarlo, no nos hará daño._
_ Sí lo hará._
_No te pido que seamos los mejores amigos, pero sí que no nos estemos peleando a cada rato._
_ Ya te lo dije una vez, no debemos estar juntos. _ subió su tono de voz.
_ Afectaría tu reputación de antisocial si estamos juntos ¿no? _ Ahora si me estaba enojando.
_No es eso, es solo que… es muy peligroso._
_ Yo no le veo nada de peligroso intentar llevarte bien con una persona._ subí la mirada hasta encontrarme con la suya.
_ ¡No es mi culpa que todo esto esté pasando de esta forma!_
_ ¡Explícame qué demonios está pasando!_
Nuestros ojos se encontraron en un momento, de los gritos habíamos pasado al silencio. De nuevo todos esos sentimientos que había logrado aplacar en lo más solo de mi mente volvieron, pude ver a través del cristal negro de esas gafas de Sol sus ojos dorados. Algo dentro de mí comenzó a nacer, las mariposas revolotearon como pequeñas plumas en mi estómago, un nudo se formó en mi garganta y de pronto una sensación de necesidad me llenó ¿Era normal?
Al parecer él también se sentía así, su rostro se suavizó y sus ojos se volvieron de oro líquido. Una necesidad de estar cerca de él era la que me tenía tan atontada, era como si sus ojos fueran un imán y yo un trozo de metal, por obviedad me atraían. Di un paso al frente haciendo que quedáramos aún más cerca de lo que estábamos; él se quitó las gafas de Sol dejando que sus ojos reflejaran la luz como espejos. Se acercó más dejando nada de espacio entre nosotros.
Una parte de mi subconsciente gritaba que no siguiera con esta juego, porque eso era un juego de miradas, pero mi corazón era más fuerte que mi razón así que deje todo atrás y lo miré como nunca antes había visto a nadie, vi su interior, sus emociones; pude sentir lo que él sentía, lo que él pensaba, lo que él veía. El ritmo se me aceleró y ahora pude sentir que era lo que sucedía dentro de mí, una ola de emociones inundó mi cerebro y de pronto dejé de pensar, solo podía mirar esas gemas doradas incrustadas en el rostro más perfecto del mundo, en el rostro de un ángel caído desde el mismísimo paraíso.
Estaba tan desconectada del mundo que ni siquiera me di cuenta que él había tomado mi rostro entre sus manos friolentas y me miraba con un cariño nunca antes visto en él. Yo también tome su rostro de facciones perfectas entre mis manos y recorrí suavemente toda su piel pálida.
Nos acercamos muy lentamente hasta que nuestros rostros quedaron apenas separados por unos cuantos centímetros, podía sentir su respiración y también podía sentir otra cosa… podía sentir las famosísimas mariposas en el estómago, era una sensación tan agobiante como divertida.
No me dejó ni siquiera seguir disfrutando de aquello cuando… nos unimos en un beso, un beso cálido y dulce, cerré los ojos y me dejé llevar por las mil y un sensaciones que me transmitían sus labios suaves.
Era como si de pronto una bomba de color hubiera explotado a nuestro alrededor manchando todo con nuevos colores, más brillantes y hermosos; la habitación tomó un tono dorado, los sonidos se hicieron armónicos y formaron música, ambos irradiábamos luz y calor.
Pasó sus brazos fornidos por mis hombros y me abrazó como si fuera lo único que existiera para él, lo único. Tuve que pararme de puntillas para poder alcanzar su cuello y unir mis manos. Era difícil pensar o moverme estando tan atontada por las mariposas que se habían convertido en torpedos que chocaban contra las paredes de mi estómago, también teniendo ese aliento dulce dentro de mi boca.
Jamás en mi vida me había sentido tan… bien.
Separó sus labios de los míos y se quedó mirándome un instante, sonrió con dulzura pura y soltó una risita. Le correspondí la sonrisa.
De pronto ambos caímos en la cuenta de lo que había pasado, soltamos rápidamente nuestras manos y nos alejamos. Miré sus ojos y noté lo más extraño que había visto en mi vida: todo, absolutamente todo su iris estaba ennegrecido y esa chispa rojo carmín bailaba de un lado a otro, se llevó la mano a la boca y cubrió su nariz con la otra. Yo sólo lo miraba con las mejillas ruborizadas y a punto de sudar. Apenas y podía respirar, yo también estaba sorprendida por lo que había pasado, ¡Acababa de besarme con el chico más raro de la escuela! Y lo peor: ¡Me había gustado!
Apenas me había recuperado de lo ocurrido cuando noté en sus ojos, antes dulces, un arrepentimiento casi tangible, preocupación y miedo.
Subió su mirada y examinó mi rostro con sus ojos negros escondidos tras las gafas de Sol, fusionó su mirada con la mía un instante.
_ Lo lamento tanto. _ logró articular con voz casi inaudible.
Cuando descubrió su boca para hablar vi algo aun más extraño que sus ojos: lo que trataba de ocultar eran un grupo de colmillos súper crecidos que tenía en la boca.
Me estremecí al verlos tan blancos y pulcros, pero al mismo tiempo tan grandes y punzocortantes. Se dio cuenta de mi rostro de espanto y de nuevo los cubrió con la mano.
_ Soy un monstruo. _ dijo antes de desaparecer.
No quería dejarlo ir, de verdad se veía preocupado.
_ William, Will, regresa. _ dije para mí misma.
Me había quedado sola de nuevo, pero esta vez estaba decidida a descubrir que tanto le pasaba a ese muchacho, quería ayudarlo. Ahora no sólo le tenía miedo por su comportamiento, si no por su aspecto, era muy parecido a… (de tan solo pensarlo se me pone la piel de gallina) a aquel sueño que tuve cuando me dirigía a Tofino, de verdad William se veía idéntico a aquel que me causaba tanto miedo, al hombre lobo asesino –como lo habían bautizado los medios-, pero él no podía ser el asesino, no quería descubrir que él era el asesino. Caminé medio atontada durante unos metros hasta que choqué con mamá.
_ ¿Dónde has estado? te he estado buscando. _ dijo con las manos en la cintura.
_ Arreglando unas cosas de la escuela con William. _ me sonrojé al mencionar su nombre.
Miró mi reacción y soltó una carcajada. A mí no me causó gracia.
Al parecer no me había creído ni una palabra de lo que le había dicho.
_ Bien, si hablaste con él, me podrías decir ¿Por qué salió corriendo?_ preguntó con una sonrisa en el rostro.
_ Pues… lo llamaron de emergencia para investigar unas cosas._ mentí.
_ Sí, aja. _ sonrió poco convencida.
_ En serio. _ intenté mantener mi mentira, pero ambas sabíamos que cuando me ponía nerviosa por algo me volvía como un libro abierto e incapaz de mentir.
Soltó otra carcajada y después me dio un abrazo.
Era una pésima mentirosa, así que quizás por eso no me creyó. Caminamos hasta la oficina de papá donde había dejado todo lo que según había comprado, tomé el café semivacío y chorreado que había sobre una servilleta para que no manchara el escritorio y me tomé con la cabeza entre las nubes mientras mamá leía unos papeles sobre la recuperación de Ivonne, una chica que fue atacada por un animal o por, según dice ella, un hombre lobo.
_ ¿Cómo sigue? _ pregunté para romper el silencio.
_ Al parecer bien, sólo que aún no sé que tiene. _ dijo sin separar los ojos de la hoja.
_ Escuché algo sobre una infección._
_ Sí, pero aquí no aparece qué tipo de infección es, sólo dice que ya está controlada. _
Le di el último sorbo a mí café y después salí a tomar un poco de aire fresco. En el estacionamiento aún estaban los autos de los Cathwright, eso significaba que todavía estaban cerca. Saqué una galleta del paquete y me la llevé a la boca con calma, no me gustaba comer muy rápido. Miré tranquila todos los edificios que rodeaban el hospital y un pensamiento llegó a mi mente: “¿Quién era en realidad ese chico tan extraño que asistía a la escuela conmigo? Y ¿Que escondía toda su familia? Porque eso era lo que pasaba en realidad, estaban escondiendo algo, pero ¿Qué? , quería saber que era.
El día se acabó y con él el turno en el hospital para mis padres. Subí a mi auto con la esperanza de ver a William, pero nunca apareció. Sólo lo quería ver para saber cómo estaba, bueno… eso era lo que a fuerzas quería meterme en la cabeza.
Esa noche me di un baño con agua tibia y me lavé el cabello con mi shampoo favorito, al otro día pretendía verme mejor que nunca. Abrí la ventana y me asomé para que el aire fresco secara mi cabello, lo cepillé con un cepillo largo y hermoso que había sido regalo de mi abuela antes de morir. Pero en realidad todo esto lo hice con la cabeza en las nubes, en lo único que podía pensar era en aquellos ojos tan hermosos e hipnotizantes, que reflejaban la luz como si fueran espejos. Al poco rato comenzó a darme un poco de sueño, así que baje a la cocina y me preparé una taza de café, pero ni eso me quitó el cansancio. Al final me rendí y subí para acostarme, en unos minutos me quedé dormida.
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Espero q les haya gustado y comente porfas, sólo asi me dare cuenta si les gustó o no!!! jaja
^.^^-^CAROLCULLENBLACK^-^^.^

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